11 septiembre 2019

Joyas de nácar, ¿qué son y cómo cuidarlas?

Seguro que has escuchado hablar de las joyas de nácar, como los colgantes o collares.

El término “nácar” proviene del árabe y significa concha o cáscara. Se trata de una sustancia que forma la capa interna del caparazón de muchos moluscos, los cuales la segregan de manera considerable con el objetivo de reparar sus caparazones dañados o para enquistar objetos extraños que se encuentran dentro del organismo. Este elemento, ya consolidado como materia primera en el mundo de la joyería, se presenta brillante y con reflejos irisados o iridiscentes.

Fue la reina Elizabeth I de Inglaterra quien en el siglo XVI conoció las joyas de nácar y les dio el nombre de madreperla. De esta manera, hacía alusión al hecho que las conchas son las “madres” de las perlas. A lo largo de la historia, el nácar ha tenido un papel fundamental especialmente en Oriente, desde Egipto hasta Japón.

joyas de nacar

El uso del nácar

El componente natural que utilizan los moluscos para protegerse y para curar sus heridas ha sido usado por los humanos desde el año 3.000 a.C. La función que las personas han otorgado al nácar ha sido, por una parte, la de embellecer joyas, pero también como una sustancia curativa.

En cuanto a su potencial enigmático, el nácar se relaciona con el instinto maternal, la protección de niños y bebés, la sensibilidad, la clarividencia, el equilibrio de sentimientos, la comprensión y la compasión. También se cuentan numerosos efectos terapéuticos en los huesos, el corazón, las arterias, las venas, los dientes y el estómago.

joyas de nácar

Joyas de nácar, todo lo que debes saber

Es importante destacar que existen diferentes variedades de nácar dependiendo del tipo de concha o molusco de donde proceda. La madreperla puede encontrase en tonos de blanco, beige, negro o crema. El nácar puede reflejar frecuencias diferentes de luz de acuerdo con la manera como se ilumina, de modo que presenta colores variados que van desde los rosas a los azules, verdes y amarillos, en varias tonalidades.

El color de base es normalmente blanco, excepto el exótico y oscuro nácar Tahitiano, por el cual luchaban los piratas antaño. Otro caso particular lo encontramos en el nácar creado por las conchas neozelandesas Paua, que tienen una espectacular tonalidad azul verdosa intensa y unos reflejos irisados, guardando un gran parecido con el Ópalo negro, por lo que se le conoce también como Ópalo del Mar.

El nácar se utiliza comúnmente para decorar joyas de plata, aportando belleza, sutileza y delicadeza. Este elemento lo podemos encontrar tanto en pendientes, como en anillos, collares y colgantes o pulseras, etc. La madreperla aporta elegancia, sofisticación y frescura a las piezas de joyería que acompaña.

¿Cómo cuidar las joyas de nácar?

Los criterios básicos para cuidar las joyas de nácar son, en primer lugar, evitar el contacto directo con las siguientes sustancias: perfumes, alcoholes, maquillaje, cosméticos, lacas, jabones, etc. Este es el primer consejo que podemos poner en práctica para evitar apagar los colores que este elemento presenta.

El siguiente criterio básico es conservar y guardar las joyas de nácar de un modo correcto, es decir, en un lugar con una temperatura intermedia y constante. Además, antes de guardarlas, deberemos limpiarlas y es que las grasas naturales que segrega el cuerpo humano pueden perjudicar al nácar. Después del uso de las joyas de nácar, las frotaremos delicadamente con una gamuza muy suave mojada en agua.

El potencial enigmático del nácar ha enamorado a mujeres y hombres desde tiempos inmemorables ¡descubre la magia que desprende una joya de nácar!